jueves, 29 de septiembre de 2011

Martín Heidegger ! ¿Qué quiere decir pensar? Para análisis Crítico y Reflexivo...Súmate...

El pensador salió a pensar y se encontró con el escrito de Heidegger… El cual  lleva a reflexionar y manifestar automáticamente una postura hacia la consideración, y para el autor, lo que se considera se piensa... ¿Se puede decir entonces, que este escrito hace pensar?  Él vive en la pregunta, que lo lleva por senderos profundos hacia la  consideración.  Al pensante lo  enaltece,  lo humilla,  la responsabiliza, lo libera…, es un escrito que produce el deseo investigativo con  libertad de pensamiento. Así que la evaluación de este  análisis se torna un tanto difícil doctorísima…
El reto:”¿Se está preparado para aprender el pensar?”.  Nace otra interrogante sellada por un pensamiento: ¿Existe  un diseño o modelo para incorporar el aprendizaje del pensar?. ¡Qué aventura se viviría compartiendo el pensamiento libre con el escritor en vida!. ¡Cuánta riqueza sin fin e invaluable!.

Ausubel, inundado de ideas para explicar el proceso de aprendizaje, brinda  la teoría del aprendizaje significativo indicando la forma sustantiva y no arbitraria, con aspectos relevantes y preexistentes de su estructura cognitiva. Aprender se preocupa de los proceso de comprensión, transformación, almacenamiento y uso de la información; es decir el aprender es un acto pensante.

En cuanto a la premisa de “lo considerado se detiene en el  pensamiento y  lo no considerado se rechaza”, se traduce en que  el pensar es  excluyente; por lo tanto, si escoge tiene vida, es holístico,  y es válido! 

Afirma Heidegger, que el hombre quiere pensar y no puede,  antagonizando a las sagradas escrituras donde el apóstol Pablo  con la inspiración divina que se le otorga, expone que “todo lo puede en Cristo que lo Fortalece”, (la Biblia Filipenses 4:13). Varios  Teólogos de la talla de Scofield, Thompson, han fundamentado que este  “Todo” corresponde al ser humano y el “puedo” a Dios en su omnipotencia.  Entonces, desde esta exégesis a los escritos divinos, el pensar en el hombre es ilimitado, cuando no se detiene en el “que”. Asimismo,  el filósofo recita que  “Sólo si nos gusta aquello que, en sí mismo, es-lo-que-hay-que-tomar-en-consideración, sólo así somos capaces de pensar”, es decir limitamos el “que”. Este “que”, puede ser  intervenido por los estado emocionales, donde  la emocionalidad influye en el pensar (reírse es atrevido, y se permite…).

¿Y lo preocupante? El autor explica que esto “se muestra en que todavía no pensamos, a pesar de que el estado del mundo da que pensar cada vez más”. Al reflexionar aquí,  hay un  traslado a La historia de la escultura más conocida del mundo: el pensador de Rodin,  inspirada precisamente en el poema donde Dante pensó en hacer la puerta del infierno, con un personaje que reflexionara sobre el significado de la vida. El Pensador, la fuerza de la reflexión, un hombre  frente a  la historia de la humanidad. Y Si!  Hay identificación hacia esta postura.

En lo enunciado por Hölderlin acerca de “ser un  signo, sin interpretación”  cabe la eiségesis hacia dos dimensiones: ser un signo sin interpretación porque no interpreta, o ser un signo sin interpretación porque no es interpretado por alguien. Solo una mirada a  la primera dimensión seria invalidado por Echeverría en  el  Primer principio de la Ontología del Lenguaje donde postula que Vivimos en mundos interpretativos, las cosas no son como son sino como las interpretamos, es decir ¡ interpretamos!. O sea que,  si se acepta  ser un signo, sería con interpretación.  

Por otro lado, los aportes realizados en la Teoría del Observador de Humberto Maturana, nos han mostrado como el sujeto observador construye su universo desde su realidad, ¡ una realidad interpretada!. Heidegger lo  plantea más adelante declarando que  Lo que el pensar percibe como percibir es lo presente en su presencia”, que “El rasgo fundamental del pensar es el representar”, y representar por los teóricos citados anteriormente  es generar  un mundo a través de una interpretación manifiesta en el lenguaje.

Estas reflexiones de Heidegger, crean un abismo para que el pensar se precipite buscando profundidades, que solo podrían ser detenidas al convertirse en un Signo sin interpretación.

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